lunes, 10 de noviembre de 2008

Taco y Messi


Taco (el gatín) y Messi (el único perro que conozco que le quita la piel a las castañas y luego se las come) nos regalan una de sus curiosas estampas en Fontoria.
No me ha sido fácil cogerlos juntos, porque aunque muchas veces se acurrucan, cuando les enfocas con la cámara se mueven o se levantan.
¡Nada de paparazzis!
...
Ahora a ver si pillo a Rohan y a Tinte en una de las suyas.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

El castañazo


Reedición. Ya publicada en EL MUNDO/LA CRÓNICA DE LEÓN
Sábado, 21 de octubre de 2006

Visto como está el panorama de la castaña en el Bierzo, se me ha ocurrido inventarme una tradición.
Y es que nos siguen diciendo que a veinte duros el kilo y se venden a veinte duros el kilo, (ahora 60 céntimos). Eso, después de deslomarnos casi siempre bajo una brisilla de esas que luego hacen una gracia a los riñones... o una llovizna que cala hasta los huesos.
Bueno. He decidido que la tradición popular se llame 'El castañazo'. Es susceptible de celebrarse en cualquier pueblo del Bierzo interesado en conservar este tipo de festividades tan arraigadamente recién inventadas.
La cosa no es que sea muy original. Confieso que la idea viene de otras juergas similares que rondan por este nuestro país llamado España. Para algunos.
Por ejemplo 'La Tomatina', una de las más famosas, que se celebra en Buñol, en Valencia. O 'La batalla del vino', que desde principios de siglo toma las calles de Haro, en La Rioja, cada 29 de junio.
También en otra modalidad está la fiesta de San Antonio Abad, donde en algunas localidades del sur le tiran comida a los procesionarios y al santo desde las ventanas y los balcones.
Pues en esa línea va 'El castañazo'. Se trata de una fiesta que aúna la gastronomía, la fiesta callejera y las cuestiones más primarias del ser, como es la necesidad, de vezen cuando de sacudirle al prójimo con lo que tengas a mano.
Primero se vuelcan las pertinentes toneladas de castañas por las calles de la localidad en cuestión equitativamente.
Después vale casi todo. Se puede correr por todo el pueblo atizándole bien al vecino tirándole con castañas de cualquier variedad.No hace falta que tengan Denominación de Origen. También se pueden arrojar desde las ventanas y también a traición, desde cualquier escondrijo oculto.
Eso sí. Alguna norma hay que cumplir. Todos los participantes están obligados a llevar algún casco o al menos unas gafas protectoras para los ojos. Es que si no sería algo bruta la cosa y las autoridades sanitarias lo acabarían prohibiendo, como lo tirar la cabra del campanario.
Después de la jornada de correrías a castañazo limpio por todo el pueblo, los participantes más machotes se dedicarán a rescatar las castañas enteras y con ellas se hace un magosto popular al anochecer donde toda la gente acudirá 'en pelotas' para mostrar bien clarito todos los moratones cultivados. El más 'aviolatado' es el que gana, se supone.
Yo creo que sería una buena fórmula para que las castañas renten más de lo que lo hacen vendiéndolas a veinte duros el kilo.
Con un poco de suerte, en un par de años la tradición arraiga y comienzan a venir 'urbanitas' de oficina a desestresarse a golpe de castaña, alemanes y finlandeses de todo tipo a participar de la tradición, ocupan los hoteles y las casas rurales del Bierzo y se convierte en una iniciativa turística de éstas que causan furor.
Incluso hasta en menos de lo que pensamos, la Junta nos lo declara Fiesta de Interés Turístico Regional. Eso sí, para llegar a esto último sólo se podrá usar para 'El castañazo' castaña con Denominación de Origen.