Los periodistillas de a pie, pobres de nosotros, que tontines somos, muchas veces no entendemos muy bien lo que nos dicen y cuentan todo tipo ilustres lumbreras de los diversos ámbitos de la sociedad, entre los cuales, lamentablemente a veces, nos tenemos que ganar la vida.
No importa si un obispo dice 'a las claras' y textualmente que ninguna de las exposiciones de Las Edades del Hombre se celebrará en 2007.
Toda la sociedad berciana estaba ya esperando la calificada como grandiosísima exposición de arte sacro para esa fecha, dado, por otro lado, que el alcalde de Ponferrada lo anunció públicamente a bombo y platillo después de que se lo comunicara personalmente el obispo de Astorga. O al menos, eso fue lo que se nos contó en su día.
Pues ni el obispo se equivocó, ni la exposición de 2007 en La Encina corre ningún peligro. Lo que pasó es que los periodistas interpretaron mal al prelado. Es decir, que fue un prelado muy mal interpretado. Como no.
A otros muchos de los individuos de cuyas repetitivas declaraciones y aburridísimos comunicados depende, por desgracia, buena parte de nuestro pan, tampoco les importa en algunas ocasiones llegar a negar lo que han firmado con nombre y apellidos o rechazar rotundamente que han dicho lo que han dicho (frente a grabadoras y micrófonos, por cierto).
Y es que, para qué vas a pensar y razonar lo que dices o escribes si, cuando te equivocas o te pasas de listo, puedes echar la culpa a los periodistas, esos que lo tergiversan o lo malinterpretan todo a su antojo, porque tergiversar y malinterpretar es el antojo de todo periodista que se precie, porque esa ruin raza humana lleva intrínseca en sí misma y en su tergiversadora y malinterpretadora sangre la tergiversación y la malinterpretación más profunda.
No es la primera vez que algún partido político telefonea a las redacciones a media tarde para decir que da por no dicho todo lo dicho en una indigesta convocatoria de prensa de primera hora de la mañana o que el artistilla de turno llama para decir que no le ha gustado nada lo que escribiste (gratis, por cierto) sobre su trabajo. ¡Pues mire, ya estamos a 'pre', porque a mí tampoco me gusta en absoluto su mie... su escultura! (piensas, aunque no dices). Cierto, disculpe usted. Su escultura es maravillosa.Culpa mía.
¡Mira, saca la foto desde aquí, para que salga en contrachapado con efecto contrapicudo, con el ojo de pez!
¡Oye, ese titular no me gustó nada, eh! Tendrás que poner una rectificación, porque claro, con eso que pusiste de que había subido los precios de tal servicio público un 120%, voy a perder usuarios.
¿Pero no me acaba de decir que ha subido usted los precios un 120%?
Sí, pero si lo pones en el periódico me haces mala propaganda, mujer.
Ah, claro. Culpa mía.
EL MUNDO/LA CRÓNICA
Jueves, 20 abril de 2006
1 comentario:
Interesante y hasta simpatico, este punto de vista. Un cordial saludo.
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