miércoles, 24 de octubre de 2007

Tribulaciones de un remero español

Ilustración: Forges. EL PAÍS

En 2004 se celebró una carrera de remos entre empleados de una empresa japonesa y otra española. Ganaron los japoneses por una hora de diferencia. La dirección de la empresa española analizó el desastre y advirtió que los japoneses llevaban diez remeros y un jefe de equipo, mientras que la española incluyó diez jefes de equipo y un remero, así que adoptaron las medidas adecuadas.
En 2005, la tripulación japonesa llegó dos horas y media antes que la española. La Dirección se volvió a reunir y, tras un sonoro rapapolvo a Gerencia, concluyeron que los japoneses habían repetido estrategia - diez remeros y un jefe - mientras que la innovadora tripulación española, remozada tras las eficaces medidas adoptadas el año anterior, no había logrado buenos resultados. La barca en que iban un jefe de equipo, dos asesores de gerencia, siete jefes de sección y un remero había vuelto a fracasar ante los conservadores japoneses. Conclusión de la Dirección : el remero es un incompetente
En 2006, la ventaja de los japoneses fue de cuatro horas. Conclusión de la Dirección : Este año el equipo nipón optó de nuevo por una tripulación tradicional; el español, tras una auditoría externa y el asesoramiento especial del departamento de Organización, optó por una formación mucho mas vanguardista; un jefe de equipo, tres jefes de sección con plus de productividad, dos auditores de Arthur Andersen y cuatro vigilantes jurados que no quitaban ojo de encima al único remero, al que se había amonestado y castigado quitándole los pluses e incentivos por el fracaso del año anterior.
Tras varias horas de reuniones, se acordó que, para la regata de 2007, el remero fuese de contratación externa, toda vez que, a partir de la vigesimoquinta milla marina, se ha venido observando en el remero de plantilla, actitud que roza el pasotismo al llegar a la línea de meta.

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